La entidad titular de nuestro centro , la hermana Carmen Peralta Pastor ha participado en nuestro blog con este texto, explicando nuestro espíritu de solidaridad . 

          LA SOLIDARIDAD EN NUESTRO CENTRO


Del objetivo general de nuestro ideario: “Acompañar a la persona en su desarrollo integral para que tenga vida en abundancia y sea feliz” se desprende la solidaridad como uno de los pilares de nuestra educación, porque la maduración del ser humano supone pasar del egocentrismo innato del niño que nada tiene que aportar y todo lo necesita, a ir equilibrando la balanza en el proceso de recibirlo todo a poder y deber dar de sí mismo, a la madurez que supone dar más de lo que se recibe en favor del bien común. Crecer en edad sin desarrollar la generosidad y la responsabilidad es quedarse en un infantilismo psicológico, del cual la sociedad está llena por el creciente individualismo y hedonismo.
Pero, además, por convencimiento y experiencia creemos en la verdad que contiene el pensamiento de Machado:”Sólo se tiene lo que se da..”, y antes nos dijo Jesús que hay más felicidad en dar que en recibir. La felicidad de dar, de darse, es siempre superior, más plena que la del bienestar y egocentrismo. Por el contrario, quedarse en un egoísmo infantil es el mejor sistema de abocarse a la soledad porque es difícil amar al egoísta. Y dado que estamos hechos para amar y ser amados, consideramos un camino errado para alcanzar la felicidad, una de nuestras metas en el objetivo general.
Ante este planteamiento, nuestro Colegio tiene programadas ciertas actividades que conduzcan al convencimiento de que la generosidad, el tener sentido del bien común, la solidaridad y el compromiso social son caminos y metas para una maduración humana, y por ello ofrecen motivos de satisfacción personal muy superiores a los que ofrece la sociedad de consumo. Dicen que el primer escalón para alcanzar la felicidad es sentirse bien “dentro de nuestro pellejo”, sentirse bien con uno mismo. Se aprovecha para ello ciertas tutorías, tanto colectivas como individuales, y las distintas ocasiones puntuales que se prestan para motivar a los alumnos a actitudes generosas
El Colegio lleva siempre un proyecto solidario con el que nos comprometemos a cierta cantidad de dinero; cuando lo cumplimos, se selecciona otro proyecto con la cantidad que necesite para cubrir esa necesidad. El anterior era ayudar a un orfanato de niñas sacadas de la prostitución o en peligro de ser llevadas a ella. El actual proyecto es de equipamiento y adecuación para que llegue el agua potable a una escuela infantil en Adkur (India), gestionada por religiosas Vedruna. Supone un importe de 5.700 €.
Y como a hacer, se aprende haciendo, tenemos acciones solidarias ya veteranas y otras que nacen como fruto de las circunstancias que se viven en el entorno. La reina de las veteranas es “EL BOCADILLO SOLIDARIO”: Un día al mes, y de manera voluntaria, los alumnos/as no se traen bocadillo para desayunar; por un € adquieren en el colegio un bocadillo de pan y aceite; los preparan un grupo de madres que, una vez que dejan a los niños, pasar a abrir los bocadillos, ponerles el aceite y sal, y envolverlos en una servilleta. El dinero recogido, pagados los gastos, es para nuestro PROYECTO SOLIDARIO; alguna panadería regala los bocadillos. Es digno de mención que un Instituto de la localidad, conocida esta actividad, nos encargan unos 40 bocadillos para el profesorado solidarizándose con nuestro proyecto.
En las jornadas de puertas abiertas por cualquier actividad, se suele poner una tienda solidaria para el mismo proyecto, de cosas en las que los niños y alguna señora han ayudado a elaborar y empaquetar: almendras garrapiñadas, bombones, broches, pulseras, etc.
Como respuesta a la situación de crisis que vive nuestra ciudad, se hizo un CROSS SOLIDARIO, este año en su segunda edición, en el que participó toda Primaria y Secundaria con sus profesores. Se recogieron 1.750 €., dinero que se entregó a Cáritas.
Y otra actividad nos llenó de gozo ante la generosidad que mostraron los mayores del colegio: Se les planteó que una panadería daba muchísimo pan y sobras de bollería para las familias necesitadas, pero que las religiosas que lo recogían eran ya mayores y les costaba cargar con los pesados envases. Dicho esto se ofrecieron a prestar su ayuda; se formaron grupos de tres o cuatro y se repartieron los días de la semana para ir antes de la hora de entrar al colegio, cargar ellos con lo que daba la panadería, descargarlo en la casa de las Hermanas y organizarlo para el reparto a las familias y, sin faltar a la puntualidad, llegar a su tiempo a las clases. Hay que valorar lo que supone a un/una adolescente levantarse antes, sobre todo en invierno, para acudir a prestar esa ayuda el día que le toca. Y doy fe que han sido fieles mientras ha durado la actividad, que ha cesado porque la panadería ha reajustado su producción y las pocas sobras las ha desviado a otros fines.
Y otra campaña: la recogida de tapones de plástico para una familia que necesita el dinero, -que le ofrece una empresa a cambio de una cantidad enorme de kg. de tapones-, para llevar a cabo una operación en el extranjero. Se han recogido montones de ellos, y siguen, día a día, viniendo niños a la portería con su bolsa de tapones a echarlos a una gran caja, como quien, sin tocar aro, encesta el balón de este gran partido de solidaridad.
Se sigue colaborando con las campañas tradicionales que promueve Cáritas por Navidad o el mismo Ayuntamiento para la recogida de juguetes. La celebración de la cena del hambre a pan y agua, abierta a familias, profesores y en la que los alumnos además de participar, tienen una colaboración importante en la ambientación del local, reparto de panecillos y botellines de agua y alguna intervención en las lecturas que se preparan para una ambientación espiritual antes de pasar a la cena que, a falta de otros manjares, se ambienta con música de fondo.
Todo ello con el fin de hacer tomar conciencia de las diferentes situaciones humanas de nuestra sociedad, para que agradezcan lo que tienen, se indignen con las injusticias y se comprometan socialmente, que colaboren en hacer un mundo más humano.